La renderización y otros efectos digitales hacen posible recrear o simular objetos, paisajes y personas. Este manejo de imágenes virtuales ha hecho posible que la industria del arte erótico pueda producir material pornográfico sin necesidad de contar con modelos reales ya sea para fotografía o dibujo. Es obvio que todo el trabajo se hace por computadora con la ayuda de software que genera tanto imágenes estáticas como con movimiento. El tercer sexo no ha sido omitido en el panorama de los usuarios o artistas del arte digital 3D. El éxito o mérito de estos gráficos reside en su cercanía con la realidad, mejorando aquellas características desfavorables que en ocasiones no se puede evitar si se trabaja con modelos reales. Básicamente el 3D aplicado al tercer sexo es una variación de los modelos femeninos a los que se les modifica sus genitales. El resultado puede o no gustar al público, eso ya depende de la calidad del artista. Aquí les dejamos unos ejemplos donde además de hace uso de algunos rasgos fetichistas que agregan mayor impacto en cada caso.
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