Bienvenidos

A todos los calenturientos que gustan de la atmósfera shemale, travesti, transexual, transgénero o como se le quiera identificar al tercer sexo, les damos la bienvenida a este blog donde se podrán compartir todo tipo de comentarios sobre este tipo de manifestaciones sexuales, con la única limitante de evitar malas palabras, groserías o signos de intolerancia, en un sentido o en el otro. Su amigo de género heteroflexible.

viernes, 24 de abril de 2015

69

Y yo que creía que ya me podía dormir. Era un jueves un poco aburrido, serían las diez de la noche cuando sonó el teléfono. Era ella. Yo le había hablado apenas el martes para ver si podíamos salir, pero ella no podía y me dijo que el miércoles, pero yo muy sangrón le dije que no, que era ese martes o ya no se hacía nada. Me tomó por sorpresa, pero aún así tome una ducha y me salí a buscarla. Me la encontré donde habíamos dicho. No la conocía personalmente. Nuestro contacto había sido primero por su foto en internet y después por correo y finalmente por teléfono.
Al verla me sorprendió pensé que era más bajita, pero con tacones llegaba a mi estatura. Al principio fue una plática conservadora, pero después de un rato ella rompió el hielo y me dijo: nuestra plática está super pero mi urgencia es mayor. Eres un hombre en toda la extensión de la palabra y por eso vine a verte. Más claro, ni el agua.


Decidí abreviar el proceso y la lleve al cuarto de hotel donde me hospedaba. Bajamos del auto y antes de abrir la puerta ya estábamos unidos por la boca, como si fuera lo último que fuéramos a hacer en la vida. Ya dentro del cuarto me apresuré a quitarle la ropa y a descubrir ese paquete que parecía listo a robar cámara. Rápidamente creció ese miembro mientras el mío se apretujaba dentro del pantalón de mezclilla que llevaba esa noche.  Se me antojó un 69, pero me dio pena pedirlo. Mas bien ella se lanzó contra mi pene y comenzó a mamarlo, provocando en mí que viera estrellas, planetas de colores y toda la galaxia sideral. por fin tomé su verga y comencé a masturbarla mientras ella no soltaba mi verga que para entonces había crecido de tamaño.
Entonces pensé otra vez en el 69 pero ella me tomó de la vera y abriendo las piernas me dirigió hacia su ano. La penetración fue inmediata, solo un quejido alcancé a escuchar. 
Comenzó aquel saca-mete y el ritmo fue creciendo hasta que tuve que salirme de ella porque casí me vengo. Ya había olvidado su verga cuando comenzó a gritar de manera ahogada, y soltó un chorro de semen que cayó en la cubierta de la cama. Agitada su respiración, suspiro fuerte una y otra vez hasta terminar con una abundante eyaculación.
Repasé las posibilidades y dije bueno ahora si viene el 69. No tenía experiencia mamando, pero pensé que si ella se reponía tendría más opciones sexuales en es momento. me llevó a su pecho y aquellos senos artificiosos llenaron mi boca y después me fuí a su cuellos y a su boca. Estábamos en un profundo beso cuando percibí que su verga crecía d nuevo. Entonces ella comenzó a reir y tomó a dos manos ambos miembros, frotándolos entre sí. La sensación fue indescriptible. Las terminales nerviosas de mi verga sentían aquel miembro un poco curvo, algo más pequeño pero más gordo que el mío. Entonces se sentó encima de mí y lentamente se clavó en mi verga. Luego arreció el paso y me hizo otra vez ver estrellas. Sentía yo que su ano era como una gran boca educada en dar placer sin fin. Mientra me cabalgaba su verga se frotaba contra mi barriga, eso hizo que me prendiera al máximo y sentía mi verga dentro de ella cuya temperatura iba en aumento. Mi placer acaso llegó al máximo cuando me dijo "papito suéltalo todo". Y vaya que lo solté. De sus nalgas comenzó a escurrir mi semen caliente y en una media vuelta que dí,  sentí su semen frío sobre la colcha. Hice un gesto de cansancio.
Ella se bajo y se acomodó en mi pecho. Besaba mis pezones lentamente. Me tarde en reaccionar, pero una vez recuperado, pensé por enésima vez en la posibilidad de un 69. Nada. Ella se levantó y en pocos segundos se vistió y se arregló. Escribió en un papel otro número telefónico y me dijo que ahí podía encontrarla mañana durante todo el día. Cuando menos lo calculé, escuché como se cerraba la puerta de aquel cuarto. Me dormí de inmediato, pero entre sueños tuve otra oportunidad y entonces si hubo 69.