Bienvenidos

A todos los calenturientos que gustan de la atmósfera shemale, travesti, transexual, transgénero o como se le quiera identificar al tercer sexo, les damos la bienvenida a este blog donde se podrán compartir todo tipo de comentarios sobre este tipo de manifestaciones sexuales, con la única limitante de evitar malas palabras, groserías o signos de intolerancia, en un sentido o en el otro. Su amigo de género heteroflexible.

martes, 22 de noviembre de 2016

No pienso en otra cosa

Esta vez regresé a donde hace diez años (algo así) tuve la primera experiencia con chicas trans. Durante mucho tiempo dejé esa "afición" por la paz, pero este día me sentía un poco aburrido y no deseaba hablarle a mis amigas de siempre, así que pensé que buscar sexo con una trans callejera era una opción. Primero habría que ver que material se podía uno levantar, así que paré el auto frente al lugar que conocía y esperé a que se acercaran las chicas. Y tuve suerte, se acercaron dos que tenían buena pinta. Escogí a la más alta. Le dije súbete.

Lo primero que aprecié es que tenía buenas piernas y ya de cerca su cara era atractiva, buen maquillaje y pestañas postizas completaban una buena sonrisa y unos ojos grandes. Olía rico. Así que pensé que era la indicada, sólo faltaba ponernos de acuerdo. En un inicio pensé que sólo iba a ser el trámite oral, pero me dijo que tenía lugar y prácticamente me iba a ahorrar lo del hotel. Me gustan las ofertas, así que me animé.
- ¿Qué quieres -preguntó.
- Pasar un buen rato.
- No te preocupes lo hacemos sin prisas.
Pero, ¿Qué haremos? me pregunté. Le dije algo muy directo y concreto: un faje y no la jalaríamos para ver quién se venía primero.
- Órale -contestó.

Conduje varias cuadras hasta su lugar. Entramos por un zaguán a un patio y al fondo había una habitación apartada de la casa. Todo estaba oscuro, pero no sentí desconfianza. Entramos, corrió la cortina y encendió una pequeña luz junto a la cama. No había escapatoria, a lo que venimos. Me acerqué y comenzamos a los besos. Acaricié su espalda y como pude le fui quitando la ropa, primero el suéter, luego la blusa y quedó en corpiño.

No, no había grandes tetas. Bueno pero sí ricas, pero muy pequeñas. Luego me contó que estaba en tratamiento hormonal desde hace seis meses. Estaba tan suave su piel y se veía tan linda que me fui a los pezones, me dieron ganas de morderlos. Ella se quejó un poco pero me dejó hacerlo. Mordí aquellas estrellas rosadas y presioné con mi lengua. Creo que se comenzó a prender con eso. Seguimos el faje y mi verga despertó de su letargo. La tomé por las caderas y la junté más hacia mí. Estábamos de pie, ella buscó mi cuello y yo también, la calentura iba en ascenso. La tomé de las nalgas y la pegué más a mi cuerpo.

Besaba bien. Se quitó la falda y luego la tanga. Había un triángulo perfecto de vello púbico. Algo venía como tarjeta de presentación cuando metió la mano y desdobló aquel miembro. Entonces ella metió la mano en mi pantalón para que mi verga, que para entonces estaba más que apretada tomara un respiro al encontrar mayor libertad. Entonces vino lo bueno. Seguimos en el faje pero agarrándonos también la vergas. Nuestras lenguas se entrelazaron y nuestras vergas se restregaron. Ya no aguanté, mi mente y yo estábamos ardiendo. Pedí un respiro y me tendí en la cama. Ella me quitó los zapatos y el pantalón. Me dejé la camisa.

Entonces me dijo que me relajara. Metió su lengua en mi oído y se siguió con el cuello. De ahí a besar mi verga. Poco a poco se la fue tragando hasta que desapareció en su boca. Cerré los ojos y me dejé llevar. Muy despacio fue incrementando la succión de mi miembro, parecía que se deleitaba. Sin dejar de mamarme me comenzó a acariciar el pecho, las nalgas, las piernas, las caderas. Tragaba hasta el fondo y volvía a deslizar su boca hacia la punta, una y otra vez. Mi verga estaba en erección a plenitud.

- ¿Me quiere coger? - susurró.
- En otra ocasión - alcancé a responder.
De inicio no era la idea y no sé bien, pero creo que aquello fue un poco frustante para ella. Cambiamos de posición para que yo alcanzara a tomarla de la verga. Asi estuvimos otro rato mientras ella me aplicaba una gran mamada y yo la masturbaba. 

Esto era la guerra. Mi mano contra su boca. El desenlace era previsible. Entre jadeos me corrí en su boca. Ella no soltó mi verga durante la eyaculación. Cuando me pude reponer un poco, la jalé hacia mí para besarla mientras la seguía masturbando, algo de sabor a mi semen me supo al principio. Mientras mi verga se retraía la de ella se enardecía.

- Dime cosas papito.
Faltaba más, solté mi repertorio: Putita que rica estás, eres un culo de vieja, vente mamacita, la tienes muy rica,   ándale vente cabroncita, eres muy puta y muy cabrona, vente en mi verga mamá...

Y se vino mientras le apliqué un gran beso. Pensé que ahogaba pero mis labios no soltaron su boca por varios segundos. Entonces froté su semen en mi verga y en su vientre. Me volví a tirar de espaldas. Ella se repuso y se puso a recoger su semen de mi verga. Creo que comenzaba a prender de nuevo...

Hasta aquí mi relato. Bueno en realidad ya no hubo gran cosa después. Pasamos otro rato abrazados y platicamos un poco. A mi se me había hecho tarde para regresar a mi casa. Así que me levanté y me vestí. Ella se removió con pereza en la cama. Se quejó de que hacía frío afuera. Finalmente ella se levantó y me dijo que tenía que esperarla a que se arreglara. Prendí un cigarro y lo fumé mientras se retocó el maquillaje. La observé, se veía muy hembra, sus movimientos eran delicados. Entonces saque el celular y le pedí su número para apuntarlo.

No he tenido oportunidad de regresar a sus brazos, pero estoy buscando el momento oportuno para marcarle y ahora sí, de que me la cojo, me la cojo. No pienso en otra cosa.