Bienvenidos

A todos los calenturientos que gustan de la atmósfera shemale, travesti, transexual, transgénero o como se le quiera identificar al tercer sexo, les damos la bienvenida a este blog donde se podrán compartir todo tipo de comentarios sobre este tipo de manifestaciones sexuales, con la única limitante de evitar malas palabras, groserías o signos de intolerancia, en un sentido o en el otro. Su amigo de género heteroflexible.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Me gusta mucho

En ese entonces tenía yo una novia por la Colonia Portales y utilizaba el metro desde la estación Hidalgo. Cuando el metro salía a la superficie, desde San Antonio Abad y hasta Nativitas se podían observar las prostitutas que en varias esquinas esperaban a sus clientes desde que caían las primeras sombras de la noche y en algunos casos también desde la mañana. Miraba yo desde el vagón y trataba de identificar aquellas chicas misteriosas, algunas de ellas eran de figura tan atrayente que era casi imposible no mirarlas. Mirar putas era casi un deporte, una distracción cotidiana. En ocasiones me preguntaba como sería ingresar a ese mundo y pasar de mirón a cliente.

Esa noche había yo cenado en casa de mi novia y ya iba de regreso. Alcancé a ver una figura entre Villa de Cortés y Xola que me prendió el foco. Ví una chica con un pantalón negro de piel que al girar mostró unas nalgas redondas que no cubría el pantalón. Como un autómata me bajé en Xola y me regresé caminando para buscar esa fantasía de mujer. Mi temor era ya no encontrarla, así que apresuré el paso. Y que la voy encontrando. Su pelo era rubio y tenía un escote que dejaba ver aquellos melones. Y sí, también era ella la propietaria de esas nalgas que llamaron mi atención. Al acercarme aprecié una gran capa de maquillaje, tal vez un poco grotesco para mi gusto. Volteó a mirarme y sonrió, su mirada era lúgubre y vulgar. Eso me frenó y ya no me acerqué más. Entonces ella me miró y sonrío burlona mientras aspiraba el humo de un cigarro. La verdad no tenía idea siquiera de cuanto costaba ese tipo de distracciones, pero mi curiosidad estaba intacta.

En eso estaba cuando alguien me tomó de la mano. Era otra chica, estaba vestida de manera menos provocativa, era muy joven y de bella sonrisa.
- ¿Te gustan sus nalgas?
- ¿Eh?
- Te vas a lo grande mi chavo.
- No, sólo pasaba por aquí.
No soltó mi mano y yo no sabía que decir. Entonces me acercó hacia ella.
- ¿Y yo?
- ¿Eh?
- ¿Te vas a animar?
- Bueno ...
- Mira, el oral a ciento cincuenta y el completo trecientos más el cuarto.
No pos, si yo nada más estaba de mirón. El tener su mano asida a la mía me comenzó a provocar excitación. Mire su cara, grandes ojeras, pestañas postizas y labial oscuro. 
- No tengo coche -alcancé a balbucear.
- Entonces, ¿me vas a coger?
Traté de reaccionar, era hombre muerto, mi voluntad era suya.
- Traigo quinientos.
- Alcanza mi chavo, alcanza ...

Sin soltar mi mano me fue llevando para caminar con rumbo, para mí, desconocido, caminaba yo como lo hacía con mi novia, me sentí algo estúpido. Yo creo que mi mirada refelejaba mi estado mental, entonces me soltó y corrió su brazo por mi cintura y quedando mi brazo sobre su espalda. Seguimos caminando, tal vez cinco minutos, ella volteaba a mirarme y yo trataba de saber hacia donde íbamos.
- Dame el dinero.
Se lo dí. Lo guardó y entonces se detuvo frente a la puerta de aquel hotel y se acercó a mi oído.
- Soy trans.
- ¿Eh?
- Soy trans, soy niño vestido de niña. ¿Te gusto?
- Ah.
- No te voy a violar, quita esa cara.
- Bueno, pero ¿que vamos a hacer?
- Te la voy a mamar y luego me coges por el culo.

En que pocos minutos pueden cambiar las cosas. Ya iba yo a mi casa y de repente estaba a punto de entrar a un hotel con un chica-chico. La miré y entonces tomé la decisión. Bueno es un decir. Por un lado no iba yo a reclamar ese dinero y por otro lado la chica era en realidad atrayente. Su voz era cálida y su perfume era suave y frutal. La cercanía de su cuerpo me estaba provocando una erección.
- Vamos -dije, entre resuelto y vencido por ella.

Entramos, ella pagó la habitación y me guió hasta el cuarto. Abrió la puerta y me dijo que pasara. 
Lo primero que hizo fue encender el televisor, luego dejó su bolso sobre una silla. Volteó a mirarme. Creo que se dio cuenta de que estaba yo revisando los detalles del cuarto. Tendió sus manos por detrás de mi cintura y me pidió que comenzáramos.
- Bésame.

Y la besé y la seguí besando, no me podía contener. Otra vez la erección me traicionaba. Ella me quitó el suéter que llevaba y me abrió la camisa. Entonces beso mi pecho y se fue a pequeños mordizcos contra mis tetillas. Con un poco de fuerza la retiré y abrí su blusa, entonces busqué su tetas. Me costó un poco quitar el brasier. Y sí tenía, aunque pequeñas, pero suaves y bellas. Cuando más excitado estaba, se giró para darme la espalda, pero volteó la cara para besarme, al mismo tiempo que se quitaba la ropa. 

De su boca me pasé al cuello y luego a la espalda y otra vez al cuello. La solté un poco y se quitó la falda, se sentó en la cama y comenzó a frotar y a  besarme el miembro por encima del pantalón. Me fue bajando el pantalón y entonces saltó mi verga, ella sonrió, volteó a mirarme con un gesto travieso y se la tragó en un sólo movimiento. Se quedó quieta y tendió sus manos sobre mi pecho como tratando de fijar ese momento. eso duró varios segundos, pensé que eyacularía si más, pero me tranquilicé y traté de disfrutar el momento. En eso si era virgen. Nunca había metido mi verga en una boca, aunque al parecer había sido al revés, ella había metido su boca en mi verga. Entonces comenzó a cogerme, sí, a cogerme con la boca. Sólo de observar aquella escena y sentir su boca me subió la temperatura, al tocar mi mejilla sentí como cuando he tenido fiebre. Eso era, era fiebre.

Cuando sentí que estaba a punto de eyacular traté de retirarla, pero no tuve éxito. Ella se sujetó de mí con más fuerza y no me pude contener. Sentí como mi semen salía con fuerza para entrar a su boca, más bien directo a su garganta. Sus ojos se desorbitaban un poco, siguió haciéndome el oral hasta que tragó mi venida por completo. Me soltó y se levantó hasta juntar su boca con la mía. Me besó fuerte y sentí ese sabor a semen. 
- ¿Aguantas dos? ¿Sí?
- Sí, claro.
- No hay prisa. ¿Cómo te llamas?
- Lalo.
- Yo Lila, ja, ja.
Y luego la penetré y supe lo que era coger por atrás o como se dice sexo anal, todo en la misma noche. Eso fue mucho para mí. 

Espero platicar de eso en otra ocasión, sólo les adelanto algo. Me hice cliente frecuente de ella y hasta ahora no he tenido relación con otra trans. Me trata bien y ya la llamo para hacer cita. No sé cuanto tiempo voy a hacer ésto, pero me gusta, me gusta mucho.