Bienvenidos

A todos los calenturientos que gustan de la atmósfera shemale, travesti, transexual, transgénero o como se le quiera identificar al tercer sexo, les damos la bienvenida a este blog donde se podrán compartir todo tipo de comentarios sobre este tipo de manifestaciones sexuales, con la única limitante de evitar malas palabras, groserías o signos de intolerancia, en un sentido o en el otro. Su amigo de género heteroflexible.

viernes, 26 de abril de 2013

¿Estudias o Trabajas?

En esta pregunta se puede resumir lo que cada persona es y será en la vida. En el caso de las transexuales el caso se complica. Ante la disyuntiva de ser, por ejemplo: arquitect@ o ingenier@ que muchas personas pudieran enfrentar para decidir a que se van a dedicar, las transexuales tienen primero que tomar la decisión de presentarse al mundo como hombres o como mujeres. Menuda decisión.
Existen los lugares comunes, una vez que se ha tomado la alternativa de ser mujercita, acerca de a que se dedicarán. estos lugares comunes son: estilista, prostituta, artista de la farándula o similar. Pocas veces las vemos como arquitectas o ingenieras. Y sin embargo si se dan estos casos, pero por desgracia muchas traviesas pierden sus objetivos de superación profesional ya que precisamente en la adolescencia donde ellas se definen, abandonan los estudios y terminan en el mejor del casos haciendo rizos o tintes.
Y que decir de todas aquellas que no dan el paso y se quedan en el closet por mucho tiempo o para toda la vida.
-¿Estudias o trabajas?
-Buena pregunta me contesta. Sólo soy una puta.
Sin desearlo las transexuales que dan el paso adelante optan por tener relaciones promiscuas en una lucha por ser aceptadas y recibir cariño y se conforman con recibir malos tratos o terminar por ejercer el oficio más antiguo y tratar de pertenecer a un grupo con el cual ni siquiera se identifican pero que les da lo que la familia y la sociedad no les puede dar.
Por fortuna las cosas están cambiando y este grupo ha ido ganando espacios en lugares donde antes no eran aceptadas. Tiene que ver mucho que actitud se toma ante la vida. Alguién me dijo que el 10% de tu vida se integra por las cosas que te pasan y el otro 90% es la manera en como reaccionas o actúas ante lo que te pasa. En fin.
Los saludo, ya sé que está muy descuidado este blog. Ahora me animé a escribir algo después de publicar un par de relatos que llegaron vía e-mail. Trataré de no estar ausente tanto tiempo. Otra vez saludos, en particular a los transexuales que estudian y trabajan.

jueves, 4 de abril de 2013

Ahora sí ...


Después de aquella primera experiencia de sexoservicio con una chica travesti, tuve varias aventurillas con otras chicas, con la novedad de que tuve encuentros con chicas operadas del busto o sea transexuales. Chicas que además toman hormonas y que se comportan como niñas. Con el tiempo empecé a diferenciar entre chicos gay y chicas transexuales. Aunque los chicos gay se esfuerzan para darte un buen servicio, mi preferencia en esos casos se fue dando hacia las transexuales y es que una buenas tetas son eso: una buenas tetas.
Había pasado algo así como medio año desde mi primer contacto por fuera de mi largo historial hetero y en realidad no tenía inconveniente en levantar a una chica "biológica" o una chica en conversión.Sin embargo aún no me había atrevido a tener sexo anal con una traviesa, me había limitado a los orales y me preguntaba como sería una relación directa. El internet me ayudó a despejar varias incógnitas. ¡Cuanto material en la red! Así que al parecer sólo era cuestión de tiempo para que mi calenturienta verga probara un buen hoyo de chica no chica o de chico-chica, en fin las definiciones en este caso están de más.
En esa noche iba circulando en mi auto de norte a sur por avenida Insurgentes, dí vuelta a la derecha en Nuevo León y en esa cuadra había varias chicas, una de ellas me llamó la atención. Estaba enfundada en un traje de piel negra y a lo lejos se asemejaba al personaje de gatúbela, sin antifaz claro. Dí toda la vuelta a la manzana y regresé para ubicar mi auto frente a ella. De inmediato se acercó y me ofreció el servicio. Su voz era un poco fingida pero claramente femenina. Me preguntó si ya la había visto antes y le confesé que había dado la vuelta y regresado a ese punto sólo por ella. Me llevó a un hotel sobre Viaducto y lo que siguió a continuación es un relato cuanto caliente como real. Primero me besó muy despacio y metió su lengua en mi boca, parecía una noche pro-metedora. me fue besando el pecho hasta que tuvo que desabrochar el cinturón para atacar mi verga con libertad. Yo ya estaba muy caliente y dejé que actuara como le diera la gana. en ese momento no pude pensar la situación, sólo me dejé llevar por aquella maestra de sexo oral. Me preguntó si le podía dar un poco más de dinero con la promesa de darme un inmejorable servicio. Ya en caliente ni se siente, así que guardando el extra en su bolso, me dijo: Ahora sí ... ¡Oops!
Me volteó para ver mis nalgas y me abrió las piernas para meter su lengua en mi ano. La verdad me tomó por sorpresa y mi calentura era mayor que mi entendimiento. Me prendí como pocas veces.
Luego se tendió en la cama y me acerqué para besarla y descubrí unos pupilentes grises que hacían que la fantasía fuera completa. Tenía enfrente a una hembra, no importaba que no lo fuera del todo. La besé bastante, un poco para tratar de no venirme en ese momento tan caliente y tal vez para tratar de calentarla a ella también. Mis manos se fueron directo a su vientre y sentí aquel bulto que sólo había sentido antes como mío. Con curiosidad le quité la ropa para tomar aquella verga en mi mano. Era una verga buena, me apena decirlo, pero más buena que la mía. Froté mi verga contra la suya, sentí que en cualquier momento me iba a venir, así que comencé a contar el abecedario en sentido inverso, truco mental que siempre me ha servido en este tipo de situación. Ya con el dominio de mi cuerpo y viendo que ella respondía a mis caricias, le metí la verga lo más delicadamente que pude y traté de hacer de aquel momento algo íntimo y cordial. Encima de ella yo sentía su verga en mi estómago como algo raro pero agradable. Así estuvimos un buen rato, hasta que me pidió que me acostara boca arriba y me dio otra buena mamada. Mi esfuerzo para contenerme ya no requirió ser tan grande, así que disfruté aún más aquel momento. Se subió en mi verga y empezó a gemir. En un momento se detuvo y se acercó a mi oído para preguntarme como me encontraba. Le dije que super. Me preguntó si era primerizo, le dije que sí. Su sonrisa era como si estuviera haciendo alguna travesura. La tomé por los pechos para que se sentará en mi verga y entrara mejor. Comenzó a cabalgar en un ritmo verdaderamente vertiginoso. Sus pechos eran bien formados, aunque se alcanzaban a percibir las cicatrices correspondientes. Me preguntó si le gustaba lo que veía, le dije que sí. Tomé su verga y la comencé a masturbar mientras ella tomaba mejor ritmo, me pensé que me estaba masturbando yo, en eso si tenía experiencia. Pretendí que mis manos tomaban mi verga como una extensión que pasaba por su culo y salía por su vientre.Creo que le dí un buen servicio también.
Así seguimos otro rato, al saber que ya me quería venir, la masturbé con más fuerza y le suplique que se viniera conmigo. Me dijo que sí y tomamos el camino de los besos, las palabras, las palabrotas, las uñas de uno en la piel del otro y alcancé a ver como sus ojos se perdían en blanco mientras comenzó a venirse en mi pecho, lo que provocó de manera inmediata que también me viniera en su perfecto ano que parecía cobrar más vida y tratar de exprimir mi verga hasta la última gota.
Un beso largo y tenue dio por terminada la sesión. Conversamos un poco más, le pregunté si se sentía hembra o macho. Me contestó: ¿Tú que ves? No se sí mi respuesta fue buena, pero seguro le gustó. Le dije que yo veía una puta buenísima.

Relato enviado por SpiderMex 04/04/2013

El Gato


Era una noche un poco fría, salí de la casa con algún pretexto de trabajo y me dirigí a donde mi curiosidad me había llamado varias veces, pero que por mis variadas ocupaciones no había podido o no había querido atender. Y si como dicen la curiosidad mató al gato, pero no murió en la ignorancia. En fin, había visto varias veces a las prostitutas que se paraban en la calle de Trigo justo al dar la vuelta a la derecha desde Ermita. Así que ahí voy yo muy puesto a ver de qué se trataba el asunto. Iba en mi auto muy despacio, así que me permití ver las chicas y ahora lo tengo claro también chicos que a eso de las 10 de la noche se ofrecían en el lugar. Le hice la seña a una chava que se estaba de buen ver y al bajar el vidrio se asomó y me dijo: ¿Buscas algo de sexo gay, sin broncas? Su voz era tersa, pero alcancé a percibir que no era su voz natural.




Más claro ni el agua, no era chava sino travesti. Piensa rápido me dije y cuando menos lo pensé ya me estaba diciendo que eran 200 pesos por el oral y 400 por el completo. ¡Ah caray! ¿Y ahora que le digo? No sé si fue por el frío o por lo que haya sido pero lo invité a subir o debo decir que la invité a subir. Mi primera reflexión fue que no deseaba una relación sexual con otro hombre, pero pensé que no corría demasiado peligro si tenía un servicio oral por parte de aquella dama. Mi desparpajo siguió así que sin mayor recelo le pedí el sexo oral. Me percaté de que se trataba de una persona con buen arreglo personal y por qué no decirlo con apariencia atractiva. Llevaba una falda negra y una blusa negra, después me enteré de que llevaba postizos en el pecho. Parecía, no estoy seguro, que portaba una peluca. Su maquillaje era correcto, sin exageraciones. Se veía ligeramente puta y vulgar pero atractiva. No lucía mal. Además en el aire se sentía un olor a cosa prohibida que me hizo continuar con la jugada.
Me guió por varias calles hasta encontrar un lugar apartado y oscuro donde me pidió como marca el protocolo del sexoservicio que le pagara por adelantado. Me llevé una grata sorpresa y tal vez por eso debo confesar que no ha sido la única experiencia con travestis. La gran mamada que me dio todavía está en mi recuerdo como algo notable. Sólo lo puedo comparar con algunas experiencias similares con una novia de hace años que sabía cómo ponerle a uno los pelos de punta. Realmente me gustó mucho como se llevaba mi miembro a la boca e intentaba tragar tanto como pudiera. Su boca y su lengua pasaban una y otra vez sobre mi verga de tal forma que parecía que hasta había crecido un poco más de lo normal, me beso con fuerza los testículos haciendo un poco de ruido. Mi respiración se hizo más profunda, me puse caliente y  dejé todo al disfrute del momento, a pesar de que necesitaba estar con un ojo al gato y otro al garabato, o sea alerta por si algo se acercaba al auto. Su apetito era grande o su oficio muy experimentado, pero lo disfruté bastante hasta que me vine mientras tocaba levemente su trasero a través de la falda de cuero. No hubo besos, aunque sí toque con mis labios su cuello. No me atreví a meterle más la mano porque al tratar de tocar su pecho me di cuenta de que tenía algo como relleno. Así que pensé algo que tal vez parezca inocente: debía tratar con respeto a quién pretendía ser alguien o algo que en realidad no era. ¿O sí lo era? Yo siempre he sido un caballero.
Como dije ese oral fue de perlas ya que me imaginé que se había excitado y parecía disfrutarlo en grande. ¿Quién soy yo para quitarle la inspiración a nadie? Después de dejarla en donde la recogí me fui a manejar sin rumbo fijo tratando de meditar lo que acababa de suceder. No sé cómo retomé el camino para mi casa, lo que sí recuerdo es que en esos momentos manejaba con una gran sonrisa.

Relato enviado por SpiderMex 04/04/2013